Diseño gráfico, maquetación e integración de una web

Diseño gráfico, maquetación e integración web

Diseño gráfico, maquetación e integración de una web

Seguro que te estas preguntando como puede haber tanta diferencia de presupuesto entre una empresa y otra, o incluso, con algún intrusionista del sector. Vamos a ver el proceso del diseño gráfico, maquetación e integración de una web según los distintos presupuestos que suelen ofrecerte.

Lo primero es ver cuál es el proceso de producción y como se simplifica para abaratar costes.

El proceso productivo: Diseño gráfico, maquetación e integración.

Diseño gráfico original. En Ibiza es muy complicado encontrar un diseñador gráfico específico para la web. La mayoría de los diseñadores trabajan para imprentas diseñando posters o flyers. Su misión es causar un gran impacto a simple vista. Esto sería perfecto si los usuarios estuviesen navegando y viesen nuestra pegada en la pared. Pero este mundo es muy distinto.En el diseño gráfico web la prioridad la marca el contenido. He visto diseños que para encajar el texto han tenido que reducir la letra a formatos ilegibles. O incluso peor. Han tenido que eliminar contenido para ajustar el texto a lo estéticamente bonito. La web es un mundo móvil, donde los contenidos no se ajustan a un número de líneas. Si un usuario busca información de un producto, utiliza tantas palabras, imágenes o vídeos como sean necesarios para convencerlo. Además, intentar que todo quepa en una pantalla no tiene sentido cuando no sabemos el tamaño de la pantalla de cada usuario, sin contar tablets o móviles. El diseño gráfico es un proceso productivo caro si tenemos en cuenta todas estas variables.

Maquetación. Una vez terminado el proceso de diseño, pasamos a la maquetación de la web. Hay que transformar todos esos tipos de letra e imágenes en un lenguaje comprensible por los navegadores. Aquí comienzan los verdaderos problemas. Una cosa es “pintar” la web y otra muy distinta conseguir el mismo resultado en un mundo tan limitado en recursos gráficos como la web. Para que nos entendamos, los tipos de letra no coinciden, los tamaños tampoco, el espacio entre líneas varía para navegadores de distintas versiones. Ya ni hablamos de las diferencias entre distintos navegadores. Cada web presenta un resultado distinto según el dispositivo en el que se reproduce.

Integración. Ahora hay que coger ese código generado y adaptarlo a un gestor de contenidos. Como cliente, querrás modificar tus imágenes, vídeos y textos, anunciar promociones o incluir nuevos productos. Este proceso se lleva a cabo por programadores. No sería la primera vez que llega un proyecto de otra “empresa” en el que se han realizado las modificaciones “hasta donde sabía”.

¿Por qué hay tantas diferencias de presupuesto?

Si se realizan todos los pasos correctamente, el precio de una web seria suele sobrepasar los dos mil euros. Si te parece caro, cuenta las horas desde que comienza el diseñador a trabajar y terminas de retocar la web a gusto del cliente. Un proyecto de este tipo suele llevar unas cien horas de trabajo, así que técnicamente, un fontanero te estaría desplumando vivo.

Muchas empresas optan por escoger diseño ya creados (plantillas) y modificarlos hasta ajustarlos al producto final. No es una mala opción, siempre y cuando se optimice después. Estas plantillas son genéricas y crean muchísimo contenido basura que hay que reparar. Eso supone tiempo. Aquí los presupuestos varían dependiendo de cuanto haya que modificar la plantilla. Entre mil y mil quinientos euros suele ser un precio razonable, salvo que seas un cliente muy perfeccionista. Ten en cuenta que una web por la que pagas mil euros tiene un número de horas de desarrollo limitado.

Por último estan las opciones más económicas. Aquí se ha visto de todo. Algunas empresas optan por precios por debajo de los seiscientos euros. Calcula cuanto cuesta la hora de un trabajador y sabrás cuantas horas van a dedicarle a tu proyecto.

En el proceso de producción eliminan el diseño, la maquetación y la integración por un proceso mucho más simple: sustituyen una web por una imagen en pantalla con enlaces. En este mundo de la informática, engañar al que no sabe es demasiado fácil. Cuando la web del cliente no aparece en ningún buscador, aparecen excusas de todo tipo.

¿Tengo que empezar mi web de nuevo?

En algunas ocasiones, los proyectos deben comenzar de cero. En otras, solo hay que llamar a la puerta de un programador. En cualquier caso, lo más importante es preguntar antes de tomar decisiones. Consulta con un especialista. ¿Has pensado que va a ocurrir con tus antiguos visitantes, tu posición SEO en los buscadores actual y futura, tu influencia en las redes sociales?